«Querido Emilio
¿Cómo te va la vida?
Me dice Ainhoa que andas pachucho, estoy seguro que lo superarás te mando muchos recuerdos.
Hace ya más de 4 años que nos conocimos, me estaba acordando de los buenos momentos que pasamos cuando estuvimos en tu casa y no paro de reír.
Nuestra relación empezó antes de conocernos me comentaste que te llevara algún DVD de San Sebastián, luego me di cuenta tu amor por esta ciudad, todo el rato preguntándome por sitios que conociste cuando estuviste viviendo por aquí siendo el Rey del Mambo, tu petición de peliculas del género que te gustaba y que no diré y los libros de Guillermo Cabrera Infante (esto ya cosecha mía).
Como olvidarme cuando aparecí, todo contento, con un Coco que me había encontrado en la playa y te pusiste a dar gritos porque me decías que era una ofrenda tirada al Mar, a Yemayá, utilizada en algún ritual de purificación, tuve que salir de la casa con el Coco, mear encima de el y tirarlo hacia atrás sin mirar, por la risas tuyas y de Gilberto nunca supe si era cierto o me gastasteis una broma.
O cuando me entró dolor de muelas y me llevaste al dentista donde me la empastaron y pude comprobar que la buena fama de la sanidad pública cubana era merecida.
Me acuerdo el día que fuimos a comprar Ron y te pusiste a mirarla al contralúz delante del tendero, al que no le extrañaba, para asegurarte que no le hubieran metido «mecánica» (garrafón) y la posterior fiesta de despedida en casa de Mary, risas muchas risas, las Langostas que prometiste las sigues debiendo, que conste.
De los paseos por Guanabo saludando a todo el pueblo mientras me contabas las historias de cada uno.
Todavía tengo el viejo «chort» raído y lleno de agujeros que tanto te «gustaba», y que decías que ningún cubano lo querría ni regalado, desde entonces le tengo más cariño.
Y cómo olvidar nuestro último día por La Habana vieja con Gilberto, explicándonos cada rincón de la ciudad y aquella puesta de sol sobre La Habana desde Regla que casi nos hace perder el avión de vuelta.
Las cosas a nivel personal han cambiado un «poco» desde que nos conocimos, pero bueno eso ya para cuando nos veamos la próxima vez en Guanabo o en Donosti.
Saludos a toda la gente y en especial a Gilber.
Asúuucar»
Hoy he recibido el siguiente correo:
«Este e-mail es para todos los amigos de Emilio, para informarles que Emilio falleció hoy 14 de agosto a las 11 de la mañana, será velado en la funeraria de Guanabo en espera de ser cremado el día de mañana 15 de agosto, en caso de no ser posible será enterrado en el cementerio de Colon.»
Esta es la carta que tenía que haber enviado hace meses. Ya no hay remedio, lo dejo aquí escrito, dentro de unos años lo volveré a leer y me seguiré acordando de ti. Pásalo bien allá donde estés, seguramente ya estarás montando un buen jaleo cubano con tu admirada Celia.
La Rusca te ha llevado y el Cantanotte sigue vivo pero pudiste disfrutar de Brunettino que eso era lo importante.